La ceguera de la indiferencia

En el Evangelio de hoy (Mt 9,27-31) dos ciegos siguen a Jesús diciendo: "¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!, para que los cure de su ceguera. Cuando Él los recibe en la casa, les pregunta: ¿Creen que puedo hacer esto?. Ante su respuesta afirmativa, Jesús les dice: Que se haga en ustedes conforme a su fe. Y entonces sus ojos se abren.

No soy teóloga ni experta en la Palabra. Sé, sin embargo, que pasajes de la Escritura como este pueden tener múltiples significados. En el fondo, es a través de nuestra propia percepción —y ojalá con la mediación del Espíritu Santo— que logramos comprender o decodificar ciertos mensajes. Sobre todo, diría, cuando la escucha nace del corazón.

¿Qué me dice, entonces, esta lectura hoy a mí? Y subrayo el hoy, porque cada día algo se renueva. Hoy me llama la atención la libertad en las palabras de Jesús: ¿Creen? … Que se haga según su fe. Personalmente, siento que esto es una invitación a hacerme cargo de lo que me corresponde, incluso de mi propia fe. La humildad y la entrega a la voluntad de Dios son fundamentales en mi camino; sin embargo, eso no quita que haya una parte en la que yo también juego un rol: creer o no creer, aceptar o no aceptar, escuchar o no escuchar.

Hay corrientes espirituales que hablan de un “Cristo interior”, afirmando que Jesús vino a despertar nuestra conciencia, poniéndose Él mismo como ejemplo. Salvando las diferencias entre esas visiones y otras más ortodoxas, creo que cualquier camino que busque seguir las enseñanzas de Jesús anhela, finalmente, llegar al mismo lugar: ser más como Él.

En la última parte del pasaje hay un gesto de desobediencia: Jesús les pide que no digan nada, pero ellos, apenas salen, lo cuentan por todos lados. Me recuerda un poco al «hagan lío» del papa Francisco: una vez que vemos, una vez que hemos sido tocados, es difícil permanecer indiferentes.

Y esto es, justamente, lo que resuena hoy en mí: una invitación a dejar atrás la ceguera espiritual, la indiferencia; una invitación a mirar la vida como la mira Jesús, donde el Amor —finalmente— reina.

Con cariño,

Ayelén

Para escuchar hoy: Solo le pido a Dios (versión de Mercedes Sosa y Léon Gieco)

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